INFOBAE –  James Bond es una de las figuras del cine más importantes de todos los tiempos. El gallardo espía asediado por las mujeres ha llenado las salas de cine a lo largo de casi 60 años, 25 películas y siete actores diferentes luciendo el esmoquin, pero además, ha estado envuelto en varias controversias, sobre todo en los últimos años donde el personaje ha sido acusado de racista, machista y en resumen, una muy mala influencia para el público.

Pues todo parece indicar que James Bond es peor influencia de lo que los movimientos sociales podrían indicar, y es que en 2021, tres microbiólogos publicaron un ensayo titulado Sin tiempo para morir: un análisis en profundidad de la exposición de James Bond a agentes infecciosos, donde además de hacer una obvia referencia al título de la más reciente película del agente 007, se hace un análisis sobre las conductas de Bond, llegando a la conclusión de que es un milagro que el espía esté vivo y no por haber sobrevivido a explosiones demenciales o heridas de bala, sino por su escasa higiene personal.

Wouter Graumans y Teun Bousema, investigadores del Centro Médico de la Universidad de Radbound en Holanda y William J.R. Stone de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, realizaron esta investigación enfocados en demostrar la exposición a diversos patógenos a los que tanto turistas o agentes secretos pueden exponerse en sus viajes. Para demostrar esta hipótesis, los investigadores vieron las 25 películas de James Bond en orden cronológico, lo que supone un total de 3.113 minutos, poco más de dos días seguidos de espías, mujeres y explosiones al por mayor.

Lo que los investigadores descubrieron fue meramente surreal y alarmante, pues todo indica que Bond tuvo relaciones sexuales sin protección con 59 mujeres diferentes, de las cuales poco o nada sabía de su historial sexual. A esto se le suma el hecho de que en toda la saga, James Bond sólo se lavo las manos en dos ocasiones. Esto en la vida real sería garantía de una infinidad de enfermedades venéreas que habrían causado la muerte del agente secreto.

“Descubrimos una actividad sexual superior a la media, a menudo sin tiempo suficiente para intercambiar la historia sexual, con una mortalidad notablemente alta entre las parejas sexuales de Bond (27,1; intervalo de confianza del 95%: 16,4-40,3). Teniendo en cuenta lo inoportuno que sería un ataque de diarrea en medio de la acción de salvar el mundo, es sorprendente que Bond sólo se lave las manos en dos ocasiones, a pesar de las numerosas exposiciones a patógenos transmitidos por los alimentos”, se lee en el texto desarrollado por Wouter, Teun y William.

Sin embargo, esta es sólo la punta del iceberg, pues al parecer, el espía favorito del cine ya presenta efectos de una enfermedad: toxoplasmosis, la cual generalmente se contrae por consumir carne poco cocida. Entre los diversos síntomas que esta enfermedad puede causar se encuentra la confusión, convulsiones y cambios en el estado de alerta, lo que explicaría muchos de los comportamientos del agente 007.

“Nuestra hipótesis es que su temerario coraje, que a veces provoca a propósito situaciones que ponen en peligro su vida, podría ser incluso una consecuencia de la toxoplasmosis. El enfoque de Bond respecto a las enfermedades transmitidas por vectores y las enfermedades tropicales desatendidas es errático: a veces sigue al pie de la letra los consejos de viaje, pero con más frecuencia se decanta por la ignorancia absoluta. Dado el escaso tiempo de que dispone Bond para preparar las misiones, pedimos urgentemente a su jefe, el MI6, que se tome en serio su responsabilidad. Sólo se vive una vez”, puntualizan los creadores del ensayo.

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