Qué oculta el «café» de «Morena mía» y a qué otros amantes cantó Miguel Bosé

Miguel Bosé

EFE – Amor, sexo, el peso de una paternidad castrante, el antibelicismo y hasta la dieta ayurvédica han sido algunas de las grandes fuentes de inspiración en la carrera de Miguel Bosé, que en su último libro se plantea el reto de desnudar qué motivó algunos de sus más famosos temas.

Entre ellos se encuentra «Morenamía», incluida en su álbum «Sereno» (2001), «posiblemente la canción con más alta carga erótica» de su repertorio, sobre un tórrido encuentro con una «musa inspiradora con nombre y apellidos» cuya identidad no se aviene a desvelar.

En las páginas del recién publicado «Bosé. Historia secreta de mis canciones» (Espasa) sí descubre cuál era el papel que juega el «café» como motivo protagonista en esta canción «casi porno», un acrónimo -confiesa- de «C de coger, A de amar, F de follar y E de empalar».

Miguel Bosé

Tal y como aparece en estas casi 400 páginas, el sexo ha sido motor recurrente de muchos de sus temas musicales, en los que a menudo ha abordado experiencias personales, como en el bolero «Lento» o en «Bambú», que habla de cómo alentó y consumó un ardiente encuentro sexual con una mujer casada y desconocida a solo unos metros de la habitación que ocupaba el marido de esta.

Esta temática, aunque desde una perspectiva ajena, es igualmente el centro de «Salamandra», que compuso a partir de un relato autobiobráfico de la alemana Wilhelmine Schröder-Devrient que le pasó Luis García Berlanga y que habla de una cantante de ópera que bebe semen como bálsamo para su voz y que se entrega a prácticas masoquistas.

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