EFE – Con 23 canciones y varias colaboraciones del más alto nivel, el puertorriqueño Myke Towers asegura que ha vuelto a la escena musical por todo lo alto y le recuerda a sus seguidores que «La vida es una» en su aventura musical más personal hasta el momento.
El viernes pasado salió su trabajo y el artista dice en una entrevista con EFE que las sensaciones son buenas y que ha estado leyendo los comentarios de los «fanáticos».
En su cuarto álbum de estudio, Towers alcanzó «un nuevo nivel» por contar con música «refrescante» y «necesaria» y empieza una nueva era.
Se aleja de su rap más agresivo para jugar con nuevos géneros como pop alternativo, afrobeat y reggae. Towers se convierte en capitán de un barco en el que lleva a todos sus seguidores al siguiente nivel.
«Cuando sale un álbum es como una etapa en la vida de los fanáticos, la reacción de ellos es cada una bien diferente, cada uno tiene una canción favorita» cuenta, para agregar que le gusta ver «como ellos ven las canciones de diferente» forma a cómo él las escribe o las piensa.
«Cada vez lo que me dicen es que si yo le eché algo al álbum, porque cada vez se siente más adictivo escuchándolo», dice entre risas Michael Anthony Torres Monge, nombre de pila de Towers.
En cuanto al álbum, «La vida es una» que se hizo «para eso mismo, para las personas que tal vez no saben ni la música que yo hago, pero de las 23 (canciones) por lo menos una te va a cautivar, aunque sea una persona que no haya escuchado nunca la música que nosotros hacemos».
Si hay algo importante para el artista, además de Puerto Rico, la isla que lo vio nacer y convertirse en estrella, son sus «fanáticos», en los que pensó para lanzar este proyecto.
«Este álbum lo hice con el fin de cantarlas en vivo, traté siempre de que cada canción, aunque sea de despecho o desamor, pueda tener la energía para cantarla en tarima, y que con mis fanáticos la cantemos a una sola voz», dice.
En «mi isla, Puerto Rico, que me inspira mucho, somos una gente que esté pasando lo que está pasando, siempre vamos a estar alegres», agrega sobre las canciones, a las que no le falta energía ni buena vibra.
«Llevaba tiempo sin tirar mucha música, y al principio quería hacerlo solo de 15 canciones, pero no sentía que estaba cubriendo todo lo que quería hacer», así que hizo finalmente lo mismo que en el álbum anterior, que también tenía 23 canciones, como un regalo para sus fans.
Y coquetea: «Se quedaron muchas canciones afuera súper duras, pero tiempo al tiempo».
Pero Towers, por el momento, está disfrutando de las mieles del éxito y del cariño tras el nuevo trabajo, gracias al que espera reencontrarse con sus seguidores en una gira que lo llevará por Latinoamérica, Estados Unidos y Europa, para la que por el momento no hay fechas.
En los pasados tres o cuatro años Towers se convirtió en uno de los raperos más solicitados del movimiento y en este proyecto cuenta con titanes de la industria, como Arcángel, con quien se unió para el tema «Don y Tego», dedicado a Don Omar y Tego Calderón, dos referentes del género urbano.
Towers también entró en el reggae con el tema «Flow Jamaica», el funk en «Sábado» y el afrobeat en «Mundo Cruel».
«A través del tiempo, gracias a Dios, me he ganado el respeto de muchos colegas», y «los que están en el álbum son columna, son historia del género», dice, aunque asegura que no quiso «meter mucha colaboración en este disco» y que le quedan muchos artistas con los que le gustaría colaborar, especialmente de la nueva generación.
Y es que el reguetón en particular y lo latino en general «estamos más fuertes que nunca», apostilla el artista, que augura que «van a venir muchos más años de música y de gente nueva que se van a inspirar».
«Estamos llegando al ‘peak’ (a la cumbre) del género, todavía no estamos ni cerca», concluye.
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