Ricky Martin causó gran controversia el pasado 21 de junio cuando en una entrevista comparó la gestación de sus hijos con la concepción de Jesús en el vientre de la Virgen María, pues los descendientes del cantante boricua fueron procreados a través de otras mujeres, quienes desarrollaron los embarazos que dieron vida a Valentino, Matteo y Lucía.
Tan polémica declaración generó reacciones por parte de un párroco de Puerto Rico, quien emitió un directo mensaje contra el intérprete de “Livin’ la vida loca”.
En la entrevista, Ricky contestó a la pregunta del diario El País:
“¿Le ofende oír ‘vientres de alquiler’?”:
“Yo no alquilé un vientre, a mí me prestaron el vientre, y varias veces, y tengo en un pedestal a estas grandes mujeres que me ayudaron a criar a mi familia. Como tengo en su pedestal a María, la Virgen, que prestó su vientre para que Jesús viniera al mundo”, dijo Martin al medio español.
La reacción vino pocos días después: monseñor Rodríguez, también vicario para el santuario nacional de Nuestra Señora de la Providencia, patrona de Puerto Rico, escribió en Facebook que no suele meterse en “diatribas con la faràndula”, pero que los “latinos tenemos un ‘problema’ y es que aguantamos hasta que nos tocan la madre”.
“María no le prestó a Dios su cuerpo o su vientre; primero porque el cuerpo es don de Dios, en última instancia no es nuestro, sino suyo, tanto como el espíritu y el alma. En segundo lugar, como no podemos separar espíritu, alma y cuerpo, María no prestó su vientre a Dios, sino que se entregó toda ella a Él: su espíritu, alma y cuerpo. Y cuando dijo “He aquí la esclava del Señor.” se donó totalmente a Dios, no para hacer la voluntad caprichosa de ella, sino para cumplir la voluntad salvífica de Dios. Hay una gran diferencia entre eso y lo que afirma el Sr. Martin”, dijo Rodríguez.
"Ricky Martin hace muchas obras benéficas (Dios se lo tenga en cuenta), pero, por desgracia, lleva tiempo usando su gran influencia mediática para apoyar la agenda gay, abortista,etcétera y, para colmo, se mete con la Virgen, en una expresión que deja ver su ignorancia, que se difunde grandemente, como si fuera verdad. Da pena", manifiesta el presbítero.
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