Instalada con asesores en su lugar de retiro, la reina Isabel II de Gran Bretaña se preparaba el domingo para una reunión familiar a fin de discutir el futuro del príncipe Enrique y su esposa Meghan, luego de su drástica decisión de retirarse como miembros de la realeza.
Los simpatizantes aclamaron a la monarca mientras realizaba su viaje semanal a una iglesia en su propiedad de Sandringham, en el este de Inglaterra. En tanto, los partidarios de las facciones enemistadas a lo interno de la familia real utilizaron los medios británicos para dar su versión sobre quién era responsable de la disputa.
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