El príncipe Enrique y su esposa Meghan no revelarán los nombres de los padrinos de su primogénito Archie cuando sea bautizado este fin de semana, anunció el Palacio de Buckingham.

El palacio dijo en un comunicado el miércoles que el bautizo en el Castillo de Windsor el sábado será privado y que “los padrinos, de acuerdo con sus deseos, seguirán siendo privados”.

La decisión generó controversia en los medios de comunicación británicos el jueves, en parte porque la casa de la pareja real fue renovada con 2,4 millones de libras 3,06 millones de dólares de dinero de los contribuyentes. El grupo antimonárquico Republic cuestionó por qué se gastó tanto dinero mientras los servicios públicos están bajo presión financiera.

Los críticos sugieren que ocasiones como los bautizos deberían ser públicos, pero los duques de Sussex han señalado repetidamente que tienen derecho a la privacidad.