Larry Cohen, el cineasta que solía apartarse de los cánones y dirigió las cintas de horror “It’s Alive” y “God Told Me To”, falleció, a los 77 años.
El actor Shade Rupe, amigo y portavoz de Cohen, dijo que éste murió el sábado en Los Ángeles rodeado de sus familiares.
Las películas de Cohen eran de bajo presupuesto pero a pesar de ello se volvieron cintas de culto, dieron pie a secuelas y fueron apreciadas por sus reflexiones dentro del género sobre temas sociales contemporáneos.
“It’s Alive” de 1974, sobre un bebé mutante asesino, aborda el trato a los niños. Bernard Herrmann, frecuente compositor de la pista musical de las cintas de Alfred Hitchcock, se encargó de la musicalización.
El enfoque de Cohen —con frecuencia rodaba escenas extremas en las calles de la ciudad de Nueva York sin obtener permisos ni avisar a la gente— lo convirtieron, como a Roger Corman, en un ídolo de generaciones posteriores de cineastas independientes del género.
Un documental estrenado el año pasado, “King Cohen: The Wild World of Filmmaker Larry Cohen” (“El rey Cohen: el descabellado mundo del cineasta Larry Cohen”) rindió homenaje al director.
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