Como siempre Waddys salió de lo convencional, y nos mostró una forma diferente de teatro basado en la experiencia, contando una historia triste a través de la risa y el entretenimiento.
Los actores involucrados en esta puesta se lucieron con performances que dejaron huellas. Es el caso de Cheddy García, quien interpretó a la estrella del lugar “Bola de fuego”, la que soñaba con irse donde finalmente le reconocieran por “su grandeza”, viendo su sueño tronchado con el desaire de una promesa sin cumplir. Cheddy se luce, impregnando drama a esta fatal despedida.
Ana Rivas se hizo sentir con su cruda interpretación de “La veterana”, una mujer fría y de humor negro, con los pies muy en la tierra, aun desde el absurdo lugar donde se encontraba. Ana, fue la actriz con más presencia en el escenario, que tuvo la ventaja de varios números musicales, y de la interacción con casi todos los personajes del cabaret on stage. “La veterana” mutó frente a nuestros ojos, y rota, se marchó como todos los demás.
Delta Soto interpretó a “Sandunga, la mujer volcán”, y hay que ponerse de pie al instante de mencionarla. Sandunga es una maestra del tiro al blanco y la desaparición, que, junto a sus dos hijas siamesas, se queja ante la audiencia por el robo de sus puñales, por lo que no puede hacer su acto final. Aprovecha para sacar ese dolor guardado por años hacia “Lola” (personaje mencionado por todos, pero que nunca sale a escena), de una forma tan tenebrosa, que pareciera como si desde el infierno cual demonio dictara sentencia sobre ella. “Andiamo!” les grita a sus hijas, y se va. Maravillosa e irrepetible Delta Soto, siempre.
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